Siempre es bueno tener un
lugar donde llorar y charlar con los muertos. Sobre todo cuando sabemos que la muerte
no existe. Es decir, cuando pasamos de creer en que todo es juego, a jugar
tomados de las manos, sin que nadie nos pida permiso para meternos al juego. Ese
lugar es donde nací, y encontrarlo llevó diez años. Que es re encontrarlo, re
encontrándome a mí y a la historia de mi familia.
Entre libros y en este re
encuentre con Villaguay. Abiertos, el libro y Villaguay me hablaron de
historias. El de Eugen Relgis lo hizo de
las Ayllus o tribus; y el pueblo, trajo nuevamente a Silvia.
Los integrantes de mi
Ayllus han tenido que emigrar a la ciudad. Al “pueblo”, como dicen. Además,
acotan que no se “hallan”. Pregunté a Silvia, de 23 años, que estaba haciendo
en la ciudad. Ella vive en el campo. Estaba por visitas al médico. Recuerdo que
desde chica siempre lo hizo, ahora no estaba con su madre, María. Además,
indagué sobre Ramón, su hermano de 19 años. Él abandonó la escuela, a diferencia
de Silvia que retomó y trascurría el sexto año. Ella dijo que Ramón “ahí anda, hace
algunas changas por ahí, y ahora como llueve se complica más. Algo hay que
estudiar si no hay trabajo; mami quiere que estudie maestra, que es lo más
fácil y lo que más se necesita en el campo”, aportó, aclaró y acotó Silvia. Su
madre trabaja de cocinera en una escuela paupérrima de Lucas Norte, a dios
gracias para esa familia.
En el Barrio San José,
entre San Jacinto, las 90 y el 186 viviendas, muchas familias han venido del
campo, pienso. Mientras, Silvia mira el televisor y dice: “se pelean las locas”,
por las vedetes, y respondo que lo
charlado por nosotros podría estar en esa caja de colores.
El libro de
tal Eugen se titula historia de la sexual de la humanidad, y cuenta que
una "india" dejó matarse, "antes que entregarse a la pasión
sensual del invasor... y aclara que "de este modo, la mujer india
fue de espíritu bravío que defendió la indianidad más que el hombre".
Luego me enteré que agitó hacer una "internacional de intelectuales".
A aquel lugar llegué con
fiebre, pero de a poco todo me sentí mejor.