—Antonio Wilson, ¿por qué decide mentirme?
—Porque
la ficción es mucha más rica que la realidad de hoy y de ayer. Permite al
hombre desarrollar facultades que no utiliza frecuentemente: un nuevo
imaginario. Ahora, de lo que se trata es hacer uso de la fantasía, porque en
realidad nuestro objetivo de vida está ligado a la fantasía, que es construir
una nueva sociedad: el socialismo.
— ¿Qué
disfrutaba antes y qué sigue disfrutando, y en cuanto a lo que repudia, qué me
dice?
—Disfruto
de las posibilidades que vislumbro de aquellos viejos sueños de redención
humana. Hoy veo, comprendo, entiendo más racionalmente la posibilidad de
construir un nuevo mundo. Y lo que sigo repudiando hoy es la alienación
tremenda que sufre el concepto de nuestro pueblo. Eso, a su vez, es lo que veo
más duro de resolver en un corto plazo; vemos, por ejemplo, a un trabajador, un
explotado que piensa exactamente igual que un capitalista, y actúa y vive como
un capitalista; eso es lo que yo repudio.
—El
trabajo “Despidos de los trabajadores municipales de concordia durante la dictadura
militar 1976 – 1983”, da nombres a los que acusa de una “persistente acción de
degradación de la cultura y la práctica política…como de los reiterados actos
administrativos sospechados de corrupción”, ¿algo ah cambiado?
— Hace mucho tiempo había una
efervescencia política entre los jóvenes y estaban mucho más delimitados los
campos: había una derecha política- económica que gobernaba, que reprimía. Hoy
está todo mezclado: el discurso progre de seudos izquierdistas junto con las
consignas renovadas del capitalismo, como resultado tenemos: “capitalismo
serio”, por ejemplo, como dice nuestra la presidenta. ¿Qué es capitalismo
serio? Es el mismo capitalismo exfoliador, capitalismo creador de dos guerras
mundiales y de las guerras actuales. Acá no hay capitalismo serio, hay un solo
capitalismo
En la conversación se hace una pausa cuando Evangelina pregunta si queremos tomar algo; yo miro por la ventana el limonero de su patio y recuerdo un poema inédito que Marta Zamarripa le dedicara en 2015:
Amilcar, Evangelina y Marta Zamarripa. |
Ella
amanece en flor de duraznero
y a todos
nos envuelve en su fragancia
y es tan
intima, tan suave y tan amiga
que a todos
nos atrae y nos castiga.
Con su aire
de matrona y de velero
la hemos visto,
tal vez, seguramente
arreglar con
paciente parsimonia
las cosas
de la casa
e invitarnos
tal vez, con una copa
o con un
plato de fragante sopa
que recuerda
a mamá –
Ya en otra
vida- y los días de ayer
se vuelven
hoy por su magia constante
y verdadera:
¡Salud Evangelina!
te decimos
y te damos las gracias
con un ramo
oloroso de glicinas.
—Usted, ¿Fue funcionario del Estado?
—Yo
fui funcionario del Estado, fui contratado para prestar un servicio laboral. No
me propuse más que cumplir con la tarea encomendada en la función por la cual
te contrata el Estado y te da una remuneración. Ahora, lo que hay que decir es
que el Estado, sabemos el contenido de clase que tiene; por eso podríamos
preguntarnos: ¿qué hace un docente o un médico, trabajando para el Estado
capitalista, que es el instrumento de opresión de clase? Bueno, hay hombres y
mujeres que trabajan en el Estado por un problema de la subsistencia humana:
ganarse la vida para poder vivir, comer, educar a sus hijos. No es malo en sí
mismo trabajar en el Estado. Por supuesto que los servicios de seguridad del
Estado tales como el ejército, la policía, la gendarmería son organismos de
represión… quiénes se incorporan a esos organismos, en general, no tiene
conciencia de que se están incorporando a un cuerpo de represión popular; en
general ingresan por necesidad elementales de la vida, porque no hay ocupación
en otro lugar más que en el Estado. El Estado, últimamente, se ha trasformado
en un lugar de ocupación. La argentina es uno de los países que no tiene
subsidios a la desocupación. Por lo tanto se le da un empleo a
muchas personas en función de cumplir, no una tarea propia del Estado, sino una
tarea para los políticos que le han dado ese trabajo. Es lo que se llama
clientelismo político, y el clientelismo político viene a resolver la falta de
un subsidio a la desocupación. No es malo en sí mismo el trabajo Estatal.
—Cuando fue contratado, entonces, ¿Cuáles fueron sus objetivos?
—El objetivo central era una aspiración de justicia. Los objetivos pasaban por una reparación de esas injusticias que lleva al individuo a participar activamente en organizaciones para resolver una necesidad moral, ideológica, política de aspirar a una nueva sociedad. En general uno se incorpora a la lucha porque se indigna ante las injusticias, frente a la inequidad que tiene esta sociedad. Ahora bien, para que no se incorpore la gente, masivamente, a la lucha contra le inequidad, están los medios de comunicación, está la ilusión de los intelectuales reformistas que quieren innovar el capitalismo, humanizarlo; está todo el aparato del estado burgués en función de la no participación revolucionaria de las masas*.
[1] Docente jubilada, nació el 28 de agosto de 1945, en distrito Gualeguycito, departamento Federación.
[2] Sol, a
quien agradecemos por las fotografías, nació en plena dictadura. Trabajadora de
la salud mental, apasionada por la fotografía, tiene dos hijos: Matías y Mateo.
*Articulo publicado originalmente en Revista El Tren Zonal, noviembre-diciembre de 2021, páginas 19 y 20.
Anexo: Decreto de 1975 donde Amilcar Anibal Reali es puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, y por el cual pasa a la clandestinidad con el nombre Antonio Wilson:
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-1781-1975-215542