El diario francés de Calveyra, entre las fronteras de los años, las lenguas y los géneros literarios


Y aquí hacemos un paréntesis para decir que: al título, ahora, lo nombré como “El diario francés de Calveyra, entre las fronteras de los años, las lenguas y los géneros literarios”, y no géneros, a secas, como se entregó el memoire. El agregado es una sugerencia de una estudiante de la casa, a causa de escuchar el título e interpelarlo desde una perspectiva de género. 


La elección del tema 


Si Calveyra fuera el tema, el Diario francés es el objeto de estudio; es decir, un sujeto que será problematizado, mirado como con “telescopios y microscopios”, analizado y diagnosticado. Sabemos que un objeto de estudio se va construyendo —y deconstruyendo, diríamos ahora. Entonces, primero viene la descripción: Diario francés es el último trabajo, o primero póstumo, pero comenzado a escribir hace más de medio siglo, es decir, entre los primeros. Esa descripción, implícitamente, guarda el conocimiento y el desconocimiento de la obra. Y si hablamos de obra, es porque hay un trabajo individual y colectivo: de Calveyra escritor, pero también de lectores, investigadores, editores, traductores. En ese sentido, Calveyra (1926-2015), es una constelación hacia otros puntos de reflexión —¡e inflexiones! Calveyra conjuga parte de la literatura del siglo XX y también principios del Siglo XXI. La primera dificultad al manipular el libro Diario francés, de una manera legítima, diríamos que sucede eso que dice Barthes, en general, sobre un texto: “se accede por múltiples entradas sin que ninguna de ellas pueda ser declarada con toda seguridad la principal”1. Entonces, la primera puerta de acceso es decir que es un diario, por el título. Desde allí, comenzamos un camino de indagación bibliográfica, y de relectura del objeto, procurando nuevas lunetas. 

Cómo se construyó la problemática y el plan que permitió profundizarla

En principio, entonces, al ser un Diario, fuimos por el lado del relato autobiográfico. Y dimos con Lejeune2  y su trabajo sobre el pacto autobiográfico. El autor escribe cinco fronteras: los años, las lenguas y las culturas; de la literatura con qué, de pregunta; con los manuscritos; con la infancia y con el relato de la infancia. Es decir, fronteras que Calveyra habita, pero atendiendo a las particularidades del caso, pudimos delimitar al menos tres: los años, las lenguas y los géneros literarios. 
Al comenzar el libro, da la impresión de que, según dice la nota editorial, Calveyra deja listo el libro; ¡pero no lo vio listo para imprimir! Pues hay alguna información sobre bambalinas y otras que son evidentes que muestras unos detalles cruzados: en tapa dice “Diario Frances, vivir a través de cristal”, pero en la primera hoja dice “Diario Frances 1959-1960, vivir a través de cristal”. Y, además, hay otra cuestión: “vivir a través del cristal”, fue una decisión tras bambalinas antes de ser público en la escena editorial. En otras palabras, no fue puesto por Calveyra. Es decir, lo puesto por Calveyra, deduciendo, seria Diario Francés 1959-1960. Esa fecha corresponde al primer viaje a Europa, un viaje sentimental cumplido. De hecho, hay una tercera manera de nombrarlo: “Diario francés”, simplemente, en una tercera hoja. Lo llamativo, es que luego viene una “Nota editorial”, cuando lógicamente debería comenzar el libro, como luego comienza como una especia de nota preliminar o captatio benevolentiae.
Volviendo al diario, la hipótesis de lectura  pos facto, nos decía que era un diario escritor y reescrito entre las fronteras del tiempo: porque fue escrito entre aquellos años del viaje y la reescritura antes de publicarse; entre las lenguas porque aparecían, desde el título evidentemente, el español y el francés aparecen, pero también como objeto de reflexión, y no olvidemos de decir que Calveyra publicó muchas de sus obras primero en francés y luego en español, hasta los últimos años que las publicaciones comienzan a aparecer prácticamente en simultaneo ---sin embargo este libro no está traducido (uno de los pocos no traducidos), lo cual sustenta la hipótesis. Y que, además, en el cual se encuentran huellas de otros géneros literarios: cartas, entrevistas, semblanzas, fragmentos de cuentos y, de hecho, todo un fragmento ---casi un capítulo entero--- para otro trabajo titulado Novela (Adriana Hidalgo, 2014).
    
Las dificultades que surgieron

Es decir, la aparición de las fechas no es menor, es la justificación de lo que se llama el “calendario”, que luego se sostiene con otras fechas en todos los siete capítulos del libro. Es decir, que estamos ante un diario… pero ¿diario de qué tipo? ¿Qué hay allí adentro, que podemos decir de su forma y su contenido, hay una relación un hilo conductor, o varios? ¿Cómo se teje el tejido del texto?
La primera decisión fue, antes de abordar y releer el libro, cuestionarlo. En ese sentido, fue oportuno poner el texto en contexto, es decir, revisar la trayectoria literaria de Calveyra, que incluye poesía, narrativa, dramaturgia y ensayo. Lo cual demuestra que su obra vive entre las fronteras de los géneros, y, de esa manera, cotejamos nuestra primera hipótesis: en este libro se encuentra rastros de todos esos registros. 
Hay una manera en que la dificultad se convierte en posibilidad: al no contar con estudios sobre su obra, este proyecto fue oportuno para juntar todo lo que de Calveyra se tenga publicado. Y no solamente esto, además se consiguió llegar a los archivos personales, es decir, algo de la genética, pero sin meternos a fondo. ¿Cómo trabajar con hallazgos de este tipo? Aquí estamos ante la primera parte del trabajo, que fue recapitular su obra, actualizarla, expandir el estado del arte sobre la obra de Calveyra.

La segunda parte comienza, entonces, con una relectura, y relacionándolo ya con la historia y con la literatura argentina (Mastronardi, por si acaso). De a poco comenzamos a encontrar algunos hilos conductores del libro, por ejemplo, sobresalen las “Cartas”, un “Diario del diario” y alguno Proyectos. 
Comencemos con la idea de los proyectos, porque es lo primero que aparece: leyendo una carta de Mastronardi a Calveyra, se observa una nota posdata que es prácticamente utilizada igual que en la carta; es decir, Calveyra lo toma de la carta del maestro Mastronardi. En una de esas cartas, el maestro dice que le cuente cuales son sus proyectos y con quien se relaciona. De manera tal que la idea del proyecto queda instalada en Calveyra, al menos como tarea pendiente del alumno. 
La segunda parte de la “tarea”: las relaciones. Calveyra las cumple con las mas de 20 cartas que aparecen en el Diario Francés; personajes como Gaetan Picon, Claude Roy, Silvina Ocampo… es decir, relaciones artísticas y literarias. Entonces, así el libro se teje en la trama de la que Calveyra es parte. Es el diario de él mismo en su formación estética, de hecho, hay un “proyecto para una estética”, donde habla de que no existe la separación entre sujeto y objeto. Afirmaciones duras, como la que él sostiene sobre la división de los géneros: ya no soy mas un autor que ve la historia de la literatura como división de géneros. De hecho, se puede decir que Diario francés fue preparatorio, en tanto que algunas de sus partes fueron utilizadas en otra publicación cuatro años antes, hablamos de Novela. 
En síntesis, la dificultad fue abordar ese libro y encasillarlo; sale en la colección poesía, en la editorial, pero académicamente, la palabra híbrido es la que sale al cruce de la incomprensión. Es un diario de un escritor de ida y de regreso, reflexiones iniciáticas y maduras al mismo tiempo. Es el diario de un joven en formación artística; es el Calveyra de aquellos años, con 30, visto desde el Calveyra de ochenta, complotando uno y otro. 
        

Las posibilidades para otra investigación

Propiamente de Calveyra, la posibilidad de comparar las obras tituladas con la palabra Diario, me invita a pensar sobre los íncipits, si hay similitudes y diferencias. En algo de eso ya avanzo, y hay partes del trabajo mencionado que puede ser disparadores. Por ejemplos, los captatios que utiliza Calveyra, de alguna manera se reiteras en otros Diarios, anunciando en los primeros párrafos el ambiente, los personajes…
En términos generales, Calveyra formaría parte, dentro de la literatura argentina, una literatura del “entre”, como dice Claudia Rosa, pero no solamente por ser de Entre Ríos, sino por su prolifera escritura. Sin embargo, es verdad, de aquella provincia, que precede a la creación de la nación, y que fue capital de la confederación argentina, hay algunos que hablan de “La escuela poética entrerriana”, me gustaría saber de dónde sale aquello, y si hay posibilidades de pensar una fundación, unos elementos constitutivos de lo que se podría llamar el curriculum oculto, o un proyecto pedagógico quizás, pero poético. Quiénes son sus fundadores, y quiénes son docentes y alumnos. El contenido, el perfil. Creo tener un contexto particular: la crisis de los estudios literarios, como Jean Marie Schaeffer, que es una de las lecturas con la cual me reencontré al cierre del memoire. Y el contexto general, Ivan Ilich dice, en “En Acá Latina, ¿para qué la escuela? La escuela en el mundo de la electrónica, para el año 2000, el proceso de educación formal habrá cambiado, tanto en las naciones ricas como en las pobres. Las escuelas cesarán de dividir la vida humana en dos partes: la edad escolar para los discriminados por su inmadurez y la edad madura para los titulados por la escuela. La edad escolar durará toda la vida. A medida que un individuo se haga, más maduro y capaz, se intensificará su educación formal, convirtiéndose ésta en una actividad de adultos, más que de jóvenes. Lo que se entiende hoy día para asistir a clase será entonces obsoleto.


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1 Antonio Gamoneda. Edad, estudio preliminar de Miguel Casado, Madrid, Catedra Letra Hispánica, 2016, Pág. 14.

2 Lejeune, Philippe. Le Pacte autobiographique. Paris. Seuil (1996) y Signes de vie, Le Pacte autobiographique 2, Paris, Seuil (2005).