De la música en Calveyra al sountrack de "tras sus huellas"

Llegado un momento, Calveyra debió escoger entre seguir con el estudio del piano o la escritura literaria. Decidió instalarse en la musicalidad de la palabra. 

En su obra, no son pocas las alusiones hechas a tal relación. Desde 1959, en lo que él considera su primera obra, Cartas para que la alegría, se puede leer: ¿Y sabes?, no supe que estaba triste hasta que me pidieron que cantara; hasta su última obra publicada, Diario Francés, nos dice: Horas sentado ante el lenguaje —piano infinito—, resonancia acatadora, cuerdas por cantar. 

Así mismo, en su dramaturgia se puede evidenciar tal relación, con Cartas de Mozart, estrenada en 1986. También en la prosa, sobre La Cama de Aurelia, Claude Roy diría: es una novela de gran elegancia desolada, es el movimiento lento del ultimo quinteto de Schubert (…) Y esa gentileza trágica es uno de los secretos de la escritura de Arnaldo Calveyra.

Sabemos de su confesión respecto a que no gustaba que pusieran música sobre sus poemas, dado que la escritura tiene su propia musicalidad. Razón por la cual, en tras sus huellas, cuidamos de no superponer la música creada a la poesía de Calveyra.

No menos cierto es que, en todas las presentaciones, las personas nos decían: la música fue bien escogida. Pero la verdad es que la música fue especialmente creada para el documental, coordinada y bajo la dirección de Gustavo Reynoso.

Aquí les dejamos quince minutos de música, los nombres de los temas y sus intérpretes, y algunas capturas de imagen, solo algunas, hasta que en el próximo aniversario del natalicio de Arnaldo Calveyra compartamos tras sus huellas.