Música: Frodo Peralta y lo que siempre estuvo

Luego de escuchar a Oscar Frodo Peralta, solo con su guitarra de siete cuerdas y a dúo con Julián Macedo en percusión, me vinieron a la memoria las palabras del poeta Carlos Mastronardi: “Esto era en la provincia”, pero estábamos en la Casa Argentina de la Ciudad Universitaria de Paris.



Lo era, porque la primera vez que lo vi a Peralta fue en la provincia de Entre Ríos, presentando su primer disco como solista: “Semillas”. Aquella vez, acompañado por Gaspar Macor en guitarra --con quien conformó el Dúo Mbojeré y sacó el disco “Cimbroneando”.

Lo era también porque él es de Misiones, y nos trajo el chámame desde Santa Fe, dos provincias donde él forjó su personalidad musical: tomando la guitarra desde los siete años, en el seno familiar, y donde arribó para estudiar la licenciatura en composición musical, respectivamente.

En suma, “esto era en la provincia” porque, como dijo alguien del público al finalizar, la “Argentina no es solo tango”, que es lo más reproducido en estas latitudes –con todo el respecto al tango, y todo ciudadano de la provincia de Bs. As.­­--. Entonces, escuchamos cueca, rasguido doble, guarania, choro, candombe y chámame.  

Oscar Frodo Peralta, compositor e interprete, además da clases. Es decir, es un hombre de palabras. Por eso, antes de seguir, quisimos compartir algunas de ellas, y que él nos cuente su experiencia en este viaje con la música.

--Acabas de presentarte en Madrid, España, en el Colegio Mayor; ahora en Paris y próximamente en Bélgica… ¿Cómo percibís esta experiencia?

 --Fueron lindos auditorios, la gente muy respetuosa. La verdad que mucho silencio, los organizadores de la sala me decían eso. Algo que me llamó la atención, es que cuando se termina la composición hay un rato de espera; dos o tres segundos, esperan hasta que yo apague las cuerdas. Esperan el gesto corporal; quizás viene de la tradición académica de esperan que el director cierre los movimientos, baje los brazos. Debe venir de por ahí, me imagino, no sé. Además, que hoy me sentí muy firme, con Julián Macedo. Con él, sabes que va a funcionar, nos cubrimos; siento que voy plantado.

--Sabemos que personalmente te criaste en Misiones, luego fuiste a Bs. As. un par de años (y que no te gustó), y que llegaste a Santa Fe buscando algo mas tranquilo, ya hace doce años, pero ¿cómo es tu historia con la guitarra y la música?

--La guitarra llega por mi hermano y mi padrino, que tenia una guitarra y la dejó por casualidad en casa. Recuerdo que tenía siete años y la guitarra ya estaba; yo iba e inventaba cosas, no sabía ni lo que tocaba; componía con cuerdas al aire, apenas si podía apretarlas. Después fui copiándole a mi hermano algunas cosas. Primero de manera autodidacta. Luego, el primer profesor lo tuve a los trece; era jazzero el profesor, algo obsesivo de los métodos. Luego, ya en Santa Fe, tuvimos un grupo llamado “Cucamonga”, donde probaba las cosas que estudiaba y escribia en la carrera de composición musical. Es decir, me gusta la música, pero el chámame es a lo que me dedico, es con lo que más cómodo me siento, porque es lo que siempre estuvo.
                                                         


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Sobre el video

Fragmento del repertorio de aquella noche de invierno parisino. Con más de quince temas, recorrimos la diversidad musical de lo que fueran las provincias unidas del río de la plata.

Foto ilustrativa del video: Ludmila Magno