Micaela García: su mirada para mirarnos

Micaela García fue asesinada en abril de 2017. El principal
sospechoso, Sebastían Warner, gozaba de libertad condicional
luego de ser acusado por doble violación. La orden fue dada por
el juez de Ejecución Penal de Gualeguaychú, Carlos Rossi.
Lo que sucede en Entre Ríos, Argentina, como el caso Micaela García (21 años), posibilita visualizar también lo inédito, lo que está en construcción; lo que no conocemos, lo que está por venir. Lo que ella estaba mirando.
Lo que sucedió es lo viejo, es lo que la misma Micaela estaba comenzando a cambiar. Aquí es donde conviene hablar de que ella vivía la transición. Ella venía transitando el cambio social, rodando por otra forma de vivir en (y para) la Sociedad, para eso hacía su  recorrido por la Política. “Nos visitaba poco a nosotros porque quería estar en el barrio haciendo un torneo para los que no tienen nada, haciendo tortas fritas para repartir, esa es Micaela[1], dijo su papá Nestor.
El padre, hablando sobre su hija, desconoce que Micaela era más que su hija. Es decir, Micaela habitaba lo común, siendo como una madre de todos los niños, pues ella no pensaba con la vieja lógica del “padre de familia”, que solamente se preocupa por los suyos.  
Otrora esa dicotomía, hay personas que  permaneciendo en lo viejo, se quedaron en sus casas al escuchar los gritos de Micaela. Ellos se quedaron en el “no te metas”, en su vida privada. La escritora Selva Almada se preguntaba “qué pensará esta gente, qué pasará el resto de sus vidas por su cabeza y por su corazón, si un día se darán cuenta de que deberían tener miedo pero de ellos mismos”; es decir, miedo de nosotros mismos, momento en el cual ya no hay que buscar culpables y atenerse a la consecuencias, actuar por todo eso que está en potencia: el cambio, lo nuevo. La crianza de una nueva sociedad es responsabilidad de todos y todas.     
¿Y qué sería esa Nueva Sociedad?, ese conocimiento no lo sé, se me escapa. Será que, justamente, hay que inventar. La destitución del Juez es lo mínimo; la cárcel ya vemos que no detiene a personas como éstas que salen de caza de mujeres. Se me ocurre nuevamente la Asamblea Constituyente, un referéndum para llamar a asambleas constituyentes. Imagino que puede ser integrada por quienes hacen el Encuentro Nacional de Mujeres; los estudiantes que organizan los Encuentros por el Cambio Social; representantes de la Unión de Asambleas Ciudadanas y que los Partidos Políticos se junten aparte, pues se deben una autocrítica todos juntos. Ellos están dentro del plafond del Estado, y hay otros que están por fuera. Porque hay un “dentro” y un “fuera” del Estado, donde hay una sociedad comprometida con su Sociedad pero que no llega a ser parte de las decisiones que toma el  Estado. ¡Aún el más excluido de la Sociedad, es un índice para las Políticas de Estado! Entonces, Estado y Sociedad conforman un espacio y tiempo del cual somos orgánicos, nacemos y morimos para el Estado. Somos arrojados dentro de un Estado y de una Sociedad, que vamos conociendo y haciendo, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello.
Imagino una gran ronda donde las organizaciones sociales, los partidos políticos, los centros de estudios y los trabajadores de los diferentes sectores conversen en torno a qué hacer para mejorar las condiciones de vida del pueblo. Ya basta de representantes que no representan. Hablemos de otros tipos de Democracias. De otros tipos de sistemas: de salud, de educación, de medios, de tierras, de trabajo, hablemos de lo nuevo que queremos para nosotros. En mi país, seamos autocríticos con la frase “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, pues algunos se quedaron. Y, además, supongamos que no quedó “ni uno solo”, ¿qué vamos a hacer?
Yo, por lo pronto,  trato de asimilar eso que dice el poeta Juan Gelman de que “hay que aprender a resistir. Ni a irse ni a quedarse, a resistir, aunque es seguro que habrá más penas y olvido[2]. Agregaría también que hay alegrías por lo vivido, además de memoria para identificarnos y saber desde donde vinimos y qué queremos hacer con nuestras vidas en el mundo que nos toca vivir.  
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[1] En sitio web http://www.online-911.com/2017/04/padre-micaela-garcia-pidio-no-justicia-mano/
[2] Poema, “Mi Bs. As. querido”, en http://www.los-poetas.com/c/gelman1.htm