El paro docente hizo justicia

Marcha docente vista desde el Poder Judicial
La gestión del gobernador  Sergio Urribarri no pudo parar la marcha de la docencia entrerriana. Por más que haya intentado amedrentar a los docentes mediante la intervención de la jueza Gladis Pinto. Por su parte, el Consejo General de Educación (CGE) mostró un avance al decidir no descontar los días de paro. 

Alrededor de diez mil trabajadores, acompañados por estudiantes, se manifestaron el lunes 2 de marzo: docentes de AGMER (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, AMET (Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica),   Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), Unión Docentes de Argentina (UDA) y ATE (Asociación de trabajadores del Estado).

Ahora, un nuevo congreso, en el caso de la AGMER, decidió este mismo lunes acatar los 20 días de conciliación obligatoria que ordenó la jueza. Pareciera que la fuerza que manifestó la docencia entrerriana, no bastó a la conducción central para seguir el plan de lucha que se había votado en el anterior congreso. 

Respecto a los sueldos de los docentes, un listado a nivel nacional pone en el ante último puesto a los entrerrianos con $6.342,09.Dicho monto es que percibe un profesor de secundaria, con la máxima carga horaria de 36 horas cátedra, sin antigüedad. Mientras que en primer lugar se ubica La Pampa con $ 16.748,13, seguido por Santa Cruz, $ 16.025,25  y Tierra del Fuego, con $ 14.237,46. Por ahora, el gobierno de Urribarri ofreció menos del treinta por ciento de aumento, propuesta que fue rechazada y desencadenó la movilización.       

La historia de la conformación del gremio único en la provincia, demuestra que la unidad política en la acción es la única garantía que tienen los trabajadores para ganar una contienda ante el gobierno. Si los dirigentes apelan a esa carta, el reclamo del aumento es posible de concretar. 

La marcha demostró como el pueblo trabajador puede desligitimar la decisión de una jueza. Lo que sucedió luego, en el congreso de la AGMER, es también una demostración de como un sindicato puede oficiar de tapón antes la disputa entre la masa de trabajadores y la gestión gubernamental del Estado. Nuevamente, la política que adopta el sindicalismo, que parte de la visión que prefiere adaptarse a las medidas que articula con justicia el gobierno, prevalece y frena la medida de cinco días de paro. Aparentemente, pues la medida de suspender el paro, generó más indignación en los docentes que movilizaron, que son, sin dudas, multiplicadores de las ideas que hoy se sostenían en la manifestación. La clases, en las aulas y en las calles, siguen.