Compañera de viaje

En Victoria, hace un año, leía un poema a su poso de toma.

Marta Zamarripa nació un 5 de agosto, en Gualeguay, Provincia de Entre Ríos, Argentina, siendo la menor de 10 hermanos. Actualmente vive en Victoria, y vivió  allí desde pequeña, donde desarrolló sus estudios primarios y secundarios. Luego de su juventud y adolescencia, viajó a Paraná donde se graduó como Profesora de Lengua y Literatura. Es hija de Juan Zamarripa, minifundista, y de Olivia Barozzi, maestra, a quien atribuye la iniciación a la lectura y a la escritura.

Marta Zamarripa tiene varios capítulos destacables también en el campo de la educación, imagine...ha ejercido la enseñanza primaria, media y superior. Y no solo en la provincia que la vio nacer, Entre Ríos, sino que también  ayudó a crear una escuela en Misiones, por ejemplo; o no hay que olvidar la representación de Argentina en el Congreso de Mujeres Poetas, en México; o su presentación en Francia sobre Mujer y creación literaria en argentina, como también lo hiciera en Paraguay, España  y Cuba. 

Fragmentos de su vida, Zamarripa, como decíamos,  vivió en Paraná. Fue desde allí  “Directora de la Editorial de Entre Ríos”, donde dirigió la colección Homenajes, para honrar a otras voces entrerrianas. Antes, siendo Directora de Enseñanza Superior, creó la primera Cátedras sobre Derechos Humanos en la provincia de Entre Ríos. También se escribe el capítulo cuando por problemas de salud,  Marta, se mantuvo desaparecida por unos días, y, paradójicamente nuevamente en la escena pública. En esa ciudad también contuvo matrimonio don el Dr.  Tomás Vladimir Santich, como otros de los capítulos por desarrollar en la historia de la poeta que hoy cumple más de ocho décadas con nosotros.

Marta Zamarripa  vivió también  en Concordia, lo hizo en  las décadas del 60’ ,70’ y parte del 80’ cuando fue Rectora del Colegio Nacional Alejandro Carbó. Desde allí brota la mayoría de sus poemas. Sin embargo hay uno especial, pues guarda una historia nefasta: la desaparición de ocho de sus ex alumnos, que sin duda es uno de los capítulos abiertos en la historia de Marta Zamarripa.

“Desde un país del Sur
escribo nombres
junto al río más ancho del mundo.” (Fragmento de “Álbum insomne”).

       “Cuando era la Patria
ellos fueron
el último bocado de la Patria.” (Fragmento de “Deudas sin fin”).


Parte de su obra
Marta Zamarripa tuvo su primera publicación titula “Tapial con Luna”, en 1976. Treinta años después, dicha obra es nuevamente publicada bajo el título “Azul de Frio”, un trabajo que retoma todas las obras de la poeta, hasta su último trabajo llamado Los Salmos del Desamparo.  “Azul de frio”, es un título inspirado en el tango de Enrique Santos Diccepolo, que dice  “Azul de frio que sólo fue viviendo igual al mío”.
En los ’90 la Sociedad Argentina de Escritores, sede Buenos Aires, distingue con la  faja de Honor por su libro “Sólo de garzas y otras levitaciones”. Pero antes, ya había sido merecedora del Primer premio del Ateneo Popular de la Boca, por “Tapial con luna”.
Marta Zamarripa, movilizada, siguió escribiendo y publicando, lo hizo con “Ayer y Todavía” en 1982; con “Sólo de mate para días de poca yerba” en 1993 y  “Sólo de garza y otras levitaciones” en 1998.
El paisaje poético que ha sembrado Marta, en un marco educativo y cultural, quedaría inconcluso, si omitimos mencionar uno de sus poemas inéditos titulado Pocito de Toma. 


Marta conserva algunos poemas sin publicar

Marta Zamarripa confiesa que escribe al amor, a la muerte, a las mujeres, al Che Guevara, y recuerda  las palabras de Gabriel Selaya cuando dice “la poesía es una arma cargada hacía de futuro”. Sin embargo, revela que para ella la poesía es “un gran misterio”. Por eso es que preferimos recorrer sus pasos, pues  Marta Zamarripa fue, es y será una poeta en pie.
Como se dice en Carta al joven poeta Rilke, nadie le puede ayudar ni aconsejar. Nadie…No hay más que un solo remedio: adréntese en sí mismo. Escudriñe hasta encontrar el móvil que le impele a escribir. Es así que salimos al encuentro de esta poeta, pues su móvil es nuestro móvil, y el destino fue Marta Zamarripa; vida y obra de una poeta que escribe por estar, estar y estar en pie.