¿Qué tiene de malo una fábrica de tambores?


I
No tiene nada de malo; nada es ni bueno ni malo. Sería una fábrica, o con un patrón (dueño), o gestionada por los trabajadores. Quedaría definir eso, y el nombre de la marca.
II
No tiene nada de malo. La marca de la fábrica podría ser Juan Tambores. De hecho, de  los que aparecen en la fotografía, dos fueron hechos en Paraná (el chico por el Pato Sosa y el piano por Ari Levin, desconocido por mí), re enlonjados bajo la coordinación de Juan.
III
No tiene nada de malo. Joel Tambores es el nombre de una fábrica de tambores en Montevideo. Por eso Juan piensa en inventar una marca. De paso, cuenta que está elaborando un instrumento, y que ya terminó otro, y que se imagina otro más, y dice: “lo interesante es poder seguir la idea como termina”.
IV
No tiene nada de malo. Juan tiene ideas y algunas herramientas, en una cajita de madera, pero, de todas formas, lamenta no tener las herramientas adecuadas para poder hacer tambores.
V
 No tiene nada de malo. Simplemente que mientras siga imperando la idea, que es la contradicción principal entre capital y trabajo asalariado, por  más que Juan tenga su trabajo (creador) y el conocimiento (creado), mientras no exista el capital (plata) para abastecer de maderas, lonjas de cuero, herrajes y las herramientas.
VI
No tiene nada de malo.  Pero si aparece un “inversionista”,  una fábrica, si la seguimos pensando bajo la idea del consumo, pedirá aquel  que su producto sea vendido, y así seguimos en la misma; pero si antes de venderlos, pensamos que la fábrica Juan Tambores puede ser garantizada por el Estado, quizás con éstos podamos abastecer  de tambores a  las escuelas y los centros vecinales de la provincia.
VII
Pensándolo bien, tendría algo de bueno: si funciona la fábrica de  Juan  y  la provincia es reconocida por hacer tambores,  podremos  hacer próximamente  “La Fiesta Nacional de los Tambores”.