El Che y los intelectuales Argentinos

Hace 53 años, el entonces Ministro de Economía de Cuba, Ernesto Che Guevara, escribía una carta dirigida al escritor argentino Ernesto Sábato. ¿Dirá algo para pensar la actualidad de Argentina,  América Latina y el Caribe? ¿Qué nos puede decir sobre las Leyes y la Política? y ¿sobre los intelectuales?

En principio, tanto Guevara como Sábato son dos personajes discutidos: el Che, por más que fue asesinado como un guerrillero revolucionario, figura como cara visible de campañas de grandes empresas; Sábato es amado y cuestionado por escribir el prólogo del reconocido libro publicado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y titulado Nunca Más, criticado por ser el comienzo de una teoría: la de los dos demonios; atribuye responsabilidades compartidas a los “dos bandos” sobre  
los “atentados terroristas”, sea del Estado  o de las organizaciones armadas del pueblo.
Para acercarnos a la situación en que se efectúa la epistolar de la que hacemos referencia, habría que decir que:
1)    Hacía un poco más de un año del triunfo de la Revolución Cubana; y no se había efectuado aún la Batalla de Bahía de los Cochinos (de 1961, invasión  de EEUU y primera derrota del imperialismo de ese país en una nación caribeña o latina); tampoco se había desatado la Guerra de los Misiles (En 1962 la URSS dispuso de éstos a Cuba).
2)    Un año después Guevara se reuniría con el entonces Presidente de Argentina, Arturo Frondizzi.
3)    En ese año se crea la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual impulsa el desarrollo de la infraestructura necesaria para sanear las desigualdades y los atrasos que genera el capitalismo en América Latina.
MANOS EN LA CARTA, vemos que Guevara dice sobre los intelectuales: “Aquí (por Cuba) la intelectualidad era esclava a secas, no disfrazada de indiferente, como allá (por Argentina), y mucho menos disfrazada de inteligente”. Citadas líneas fueron escritas con motivo de un envío: el del libro “Guerra de Guerrillas”. El mismo, como se dice aquí, es un “intento de teorización”.
Respecto a la Teoría, y su relación con la Práctica, en un pasaje de la carta podemos leer: “…la teoría va caminando muy lentamente (…) habremos teorizado muy poco y los acontecimientos debemos resolverlos con la agilidad de la vida”.
EL FACTOR EEUU es, por definición, el que hace cosas con causas y variables influyentes y constantes, es decir, pasadas y presentes, que no escapan al análisis que se vierte en esta carta.
En la misma posibilita una lectura tras líneas de las interpretaciones hechas por los gobernantes de EEUU, respecto a los posicionamientos públicos esgrimidos por sus pares latinoamericanos y caribeños. Al respecto se expresaba: “Seguí sus hojas de testificación (la de EEUU) donde decía: “nacionalizaremos los servicios público”, debía leerse: “evitaremos que eso suceda si recibimos un razonable apoyo”; donde decía: “liquidaremos el latifundio”, debía leerse: “utilizaremos el latifundio como una buena base para sacar dinero para nuestra campaña, o para el bolsillo personal”.
Así, pues, con ese modos operandi no es ilógico pensar que los enunciados públicos (el no pago de la deuda en 2003 de el ex presiente Néstor Kirchner) o medidas como las retenciones a la exportación de soja, son utilizados como cheque es blanco para sentarse a negociar con los gobiernos de EEUU.

La de Políticos y Literatos es una relación conocida, y muchos la quieren hacer aparecer  como un misterio. Y esto me hace acordar a ejemplo del político español que le sirve a los efectos de un ensayo de Unamuno, en donde el político renuncia y se dedica a escribir un libro sobre la ética. Al respecto, Unamuno dice: “Si os digo ahora que ha sido acaso un literato desviado a la política, tal vez comprendáis los literatos su resolución y se os muestre claro cómo lo que puede ser falta de ambición, sea sobre de ella.”, y  continua diciendo sobre el personaje en cuestión: “Son, pues, los que no se alistan a ninguno de los bandos que luchan”.