![]() |
La manzana podrida: sic malum crevit uniquum
in omne malum,
de Hans Holbein (Alemania,
1497-1543)
|
En argentina, como en toda sociedad capitalista, se tiende
a cuantificar todo: la manzana es número,
cantidad y monto. Para la sociedad de consumo, por momentos, los
ciudadanos también son un número, cantidad o monto, al igual que la manzana. La
diferencia es que la manzana ya no genera las condiciones de producción y
reproducción de otras manzanas, ni los medios de producción y reproducción para
esas manzanas, si no es por medio de la intervención de hombres y mujeres. Éstos,
al mismo tiempo, mientras van cultivando,
pagando y comiendo manzanas, también cambian dando forma a la sociedad en que viven,
y a los sistemas de valores y principios que la sostienen. A eso le llaman
elecciones. En éste país hay aproximadamente 40 millones de personas, 32 de ellos son electores para sus elecciones y 907.000
Toneladas de manzanas.
Lo que los N° no dicen
Cuando dicen que el
candidato del FPV, DANIEL SCIOLI, tiene
el 36,86%, es decir 9.002.242 votos, y MAURICIO
MACRI, de CAMBIEMOS, llega a 34,33%, o sea 8.382.610 votos, no dicen que es sobre el
total de votos “positivos”. Es decir, un porcentaje sobre los votos “válidos”,
y no sobre el total de los 32 millones que componen el total de electores.
En consecuencia, ese porcentaje que presenta el sistema
electoral, mediante el sistema de medios de comunicación, deja por fuera los
votos en blanco, los nulos y las abstenciones.
En esta oportunidad, los
votos en blanco fueron de 600 mil; los nulos de 190 mil y las abstenciones de, aproximadamente, 7 millones.
Según lo que produce
argentina, cada uno de sus ciudadanos tendría que tener 22,5 kilos de manzanas. Sin embargo, los índices indican que no se
supera el consumo de 7 kilogramos por año que se estipulan para cada una de las
personas.
En ese país, donde sobran
manzanas, hay 11 millones de pobres, que son el 29 % de la población. Éstos conforman un número mayor del que sacó cada uno de los postulantes que disputaran en el balotaje.
En
este orden de cosas, como dijo Maximiliano Robespierre, "la miseria del ciudadano no es otra cosa que el crimen de los gobernantes", y el avance de
la derecha es un bocado a la democracia burguesa.